Sáb. Abr 27th, 2024
Reseña: Fantasmas, de Dean Koontz (Libro)


Este es el primer post de mi blog, y creo que debo confesar mi admiración hacia uno de mis escritores favoritos. Uno de esos escritores que conocí de casualidad debido a Stephen King y a su hijo Joe Hill. Ambos, padre e hijo, mencionan a Koontz en sus novelas: IT y Cuernos (mejor conocido como Horns).

Y amo realmente a aquella casualidad que la vida me dio para conocer a este gran escritor infravalorado. Y sé que muchos me dirán que algunas de sus novelas son literalmente refrito y tienen muchos finales clichés, y peor aún, que muchas de sus novelas apestan a asquerosas películas gringas con explosiones por aquí y por allá; pero muchos de los que hablan de esa forma habrán tenido una mala experiencia con alguno de esos libros que el señor Koontz haya escrito.

En mi caso, felizmente averigüe cuál era su novela mejor calificada por algunos de sus lectores asérrimos, y fue así que leí su novela Fantasmas. Y sí, debo admitir que no leí la versión original, la descargué delincuencialmente de una de esas páginas que aún piensan y creen que el Internet debe ser una fortaleza donde se protejan la libertad de expresión y la disponibilidad de información. Sea quien sea que haya subido a los servidores de Mega, 1Fitcher, y Mediafire aquel libro, merece el cielo.

Muchos me podrán juzgar de que soy un pecador por no haber adquirido el libro físico original de aquella novela; pero seamos honestos. El peor pecado, el peor crimen es no haber leído el mejor libro del señor Koontz, en mi opinión, de todos los que he leído de él. No me interesa, ni mucho menos me preocupa, saber que haya alguien que se burle o piense que soy un delincuente cibernético o algo por el estilo, pues aunque no me lo crean, imprimí el PDF de la novela del maestro, ya que sus novelas son escasas en mi país y creo que en toda Latinoamérica. Invertí casi 30 soles peruanos (unos 10 dólares americanos) en la impresión, espiralado y en las cubiertas. Así que, si bien no pude pagarle por este maravilloso libro al maestro Dean Koontz, pues mi pequeña inversión, mi tiempo y esta reseña van en honor a él y a su obra.

La edición que leí es de la editorial Martínez Roca, edición 1989, tapa blanda, la cual posee 374 gloriosas páginas, un peso de 800 gramos, y unas dimensiones de 20.2 cm de alto y 14.3 cm de ancho.

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